domingo, 26 de agosto de 2007

jueves, 23 de agosto de 2007

Wichi Nogueras, ¡Que peligro!


Estés donde estés, querido Wichi, vuelvo a decir que eras tan, pero tan bueno, que te complacimos siempre. Especialmente en lo de no levantar ni una estatua pelirroja en algún olvidado parque de La Habana. En eso has sido más afortunado que John Lennon, pero es que los que mamamos de tu poesía y aprendimos a pensar con ella, sabíamos de tu horror a las cagadas de palomas.
Mejor es prenderte tres velas y cruzar los dedos para ver si nos ayudas a los de acá abajo. Mira que mi musa, a veces, anda demasiado sola por las calles.
No le vendría mal, de vez en cuando, una pequeña transgresión. Un halo de lucidez de los que sólo se experimentan cuando te acercas al final de algún túnel sospechosamente iluminado y comienzas a recibir los metadatos que muchas mentes se transmiten a través de ciberesfera del espacio angelical.
Pero mientras nos desencontramos, porque claramente ignoras que yo existo, me consuelo publicando tus desmanes y me trago este amor, cronológicamente imposible.


El último caso del inspector

“El lugar del crimen
no es aún el lugar del crimen:
es sólo un cuarto en penumbras
donde dos sombras desnudas se besan.

El asesino
no es aún el asesino:
es sólo un hombre cansado
que va llegando a su casa un día antes de lo previsto,
después de un largo viaje.

La víctima
no es aún la víctima:
es sólo una mujer ardiendo
en otros brazos.

El testigo de excepción
no es aún el testigo de excepción:
es sólo un inspector osado
que goza de la mujer del prójimo
sobre el lecho del prójimo.

El arma del crimen
no es aún el arma del crimen:
es sólo una lámpara de bronce apagada,
tranquila, inocente
sobre una mesa de caoba”.

Wichi Nogueras (EPD)

De Virgilios y Piñeiras

Rebuscando en los archivos he encontrado este fragmento de Virgilio Piñeira y no puedo resistirme a compartirlo con ustedes. Todos nos hemos sentido alguna vez como un globo de aire frío o como una avestruz cuya cabeza se ha quedado soldada a la tierra. También como un león atrincherado en un zoológico rodeado de seres humanos hambrientos. Todo depende de cuál isla nos habita…¿O habitamos?


“Aunque estoy a punto de renacer,
no lo proclamaré a los cuatro vientos
ni me sentiré un elegido:
sólo me tocó en suerte,
y lo acepto porque no está en mi mano
negarme, y sería por otra parte una descortesía
que un hombre distinguido jamás haría.
Se me ha anunciado que mañana,
a las siete y seis minutos de la tarde,
me convertiré en una isla,
isla como suelen ser las islas.
Mis piernas se irán haciendo tierra y mar,
y poco a poco, igual que un andante chopiniano,
empezarán a salirme árboles en los brazos,
rosas en los ojos y arena en el pecho.
En la boca las palabras morirán
para que el viento a su deseo pueda ulular.
Después, tendido como suelen hacer las islas,
miraré fijamente al horizonte,
veré salir el sol. la luna,
y lejos ya de la inquietud,
diré muy bajito:
¿así que era verdad?”

Virgilio Piñeira «Isla», 1979

lunes, 20 de agosto de 2007

Intro


Pues si alguien lo duda, y aunque por allá el pan no anda abundante, lo que más le gusta al que nos visita, es la gente.
Y de la gente de mi isla va tratar este blog.
Historias que se desmadran bajo el sol abrasador.
Frases que se perdieron sobre el muro del malecón y se escaparon por el mar -con perdón de Yemayá- que a algunos no les perdona la vida.
Porque desde hace mucho, el cubano antes de llegar, ya está pensando en irse....En mudarse para alguna otra parte que a su vez conduzca al pasadizo de los mil caminos y posibilidades.
Pero el eco de la salsa y la rumba nos va temblando en la sangre y no podemos dejarlo atrás.
Ni tampoco la certeza de que el mañana será imprevisible, tan loco y arbitrario como todos los días que hemos vivido desde que nacimos....
Pero hay que inventar, asere....
y no es fácil
pero tampoco difícil
porque más vale no hablar de la "cosa" y mejor salir a resolver....
que siempre se puede más

Ah...y el que quiera contar algo, que no se corte y hable por esa boca.
O por esa guitarra
Da igual. Ven, cubano.
Escribe tu historia y ríe de tu pesadilla.
Pon el chiste que no te atreves a gritar en medio de la calle.
Haz una declaración de amor...o cuatro de guerra.
Una plegaria a tus protecciones con el chorrito de ron pa' los santos.
Siéntete primario y habla de tu amor salvaje....
Grita, si es preciso..
Pon una foto.
pero no te quedes en silencio,
por una vez en tu vida.